Semana Santa en Hacienda Romero





Semana Santa en Hacienda Romero

Los morados y violetas están en las margaritas, lirios y lilas que lucen toda su belleza, que no sufren porque saben que jamás serán cortadas para decorar ningún jarrón.

A Pili y Manuel


Antes de que desaparezca en los rincones de la memoria la sensación que he vivido cuando Pili, a su llegada a Hacienda Romero, me ha abrazado se esa manera tan cálida que sólo es capaz de hacerlo la buena gente, quiero guardarla en estas líneas para no olvidarla nunca.
No me conocía de nada, pero ha visto en mí la primera persona de su tierra que veía, en su tierra, después de 40 años de vivir fuera de Jaén. Después, un poco cortada me ha dicho: “mis hijas me dicen que tengo muchas manías …”. Entonces, le he dado un beso mientras le decía: “ Pili, a sus años y después de todo lo que ha vivido (de lo que ya me había contado algo) tiene usted todo el derecho del mundo a tener las manías que quiera” Me ha sonreído, emocionada. ¡Qué encanto de mujer!
¡Y Manuel!, se le atropellan las palabras hablando de Hornos, su pueblo natal y de su infancia. De cómo era la vida entonces, reconociendo los enseres que usaba en su juventud, entre los que veía por Hacienda Romero. Admite que la vida ha cambiado mucho, sobre todo para los que viven en las ciudades: la esencia, el ritmo y los valores de la vida. Estoy de acuerdo con usted Manuel. Por eso es un lujo encontrarse con personas tan auténticas y encantadoras como ustedes. No les voy a olvidar tan fácilmente y espero que ustedes también nos recuerden.