La nieve cambia por completo el paisaje que estamos habituados a ver: suaviza las formas, cambia el aspecto de todo.... nos sorprende cada rincón. ¡Qué poderosa es la Naturaleza!
Esta imagen me despierta otras emociones: la preocupación por todos los olivareros que ven el fruto de su trabajo de un año entero, las ilusiones y los proyectos para el año próximo, congeladas como las aceitunas que no saben cuando podrán recoger......
Los niños lo pasan de lo lindo, jugando con la nieve, tirándosela, bajando con sacos de plástico por las pendientes..... con las manos y los pies helados y puede que con la naricita goteando y las mejillas rojas como un tomate, pero con la sonrisa puesta y la ilusión en sus miradas. ¡Cuánto ha llovido desde aquellos años en los que yo hacía lo mismo! (Este es el aspecto nevado del escenario donde se representa el Nacimiento de Fontanar)
Ante el espectáculo poco habitual de la nieve, hasta los perros se divierten: saltan, corren, se tumban,... Roco y maya ya no sabían qué hacer para celebrarlo. Nosotros lo pasamos bien viéndolos tan felices.
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