EL POZO



El pozo: sensaciones

Cuando, presentando la casa rural, indico a nuestros clientes que se puede bajar al fondo del pozo, tengo la sensación de que no me creen. Algunos me preguntan si lo tienen que hacer haciendo rappel.....
Es cierto, sobrecoje la sola idea de pensar en descender a su fondo. No, no es cuestión de miedo, ni mucho menos, lo que yo siento es respeto y admiración por las personas que en su día lo construyeron con tanto esfuerzo y sacrificio, por una parte, y por otra una especie de espectación y sensación de paz al ir adentrándome en las entrañas de la tierra.
Según se va descendiendo, entre paredes de roca un tanto indefidas para adaptarse al terreno, se van disipando los ruidos, la luz exterior y el calor o el frío del ambiente.
A cada peldaño que se baja, aumenta el silencio, la tranquilidad, se estabiliza la temperatura, se respira paz.
Cuando desde abajo se mira hacia arriba por el interior del pozo y se ve el brocal en lo alto, cuesta creer que se ha recorrido tanto camino bajo tierra desde el inicio de la mina hasta el fondo.

Un poco de su historia:
El pozo es una de las instalaciones más llamativas de Hacienda Romero. Fue construido a mano hace más de 100 años por trabajadores del pueblo que, a base de pico, pala y espuertas de esparto con las que sacar la tierra al exterior, excavaron un hoyo de unos dos metros de diámetro en la dura piedra que cimenta todo el subsuelo de la casa. Cuando, tras muchos días de trabajo, costaba mucho sacar al exterior la tierra y piedras en vertical idearon la construcción de una gruta que, iniciada a unos 20 m. de distancia de la boca del pozo fuera descendiendo hasta llegar a su fondo; de esta forma se pudo seguir profundizando hasta llegar a encontrar agua a unos 20 m. de profundidad. En un principio, sacaban el agua con cántaros y cubos a través de la gruta, tanto los habitantes del cortijo como los vecinos de los alrededores ya que no había agua en las viviendas. Posteriormente se instaló un motor que con una canalización de cerámica elevaba el agua a la superficie. El viejo motor, restos de la tubería de cerámica y algunas herramientas usadas en su construcción aún se conservan el pozo.

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